En algún momento de nuestra vida hemos aumentado de peso, por lo que recurrimos a dietas, obedeciendo también recomendaciones de amigos o conocidos. Pero en torno a las diferentes formas de perder peso, existen creencias equivocadas y acciones que a pesar de no verse agresivas, pueden resultar contraproducentes.
«Hacer cambios a largo plazo y modificar nuestro estilo de vida es la manera ideal de combatir los kilos de más porque conduce a una pérdida de peso permanente», dice la doctora Lucy Chambers, especialista en alimentación de la Fundación Británica de Nutrición.
Y añade: «Es más efectivo hacer cambios graduales a los que podamos ceñirnos por un largo período de tiempo. Idealmente, el cuerpo debe perder entre 0,5 y 1 kg por semana».
Teniendo en cuenta ese aspecto, te presentamos algunos de los mitos más frecuentes al hacer una dieta.
Hay alimentos que sirven para quemar grasas.
Seguramente has escuchando que el repollo, el apio, la toronja, el té verde, los pimientos picantes te ayudan a quemar grasa. Según la Fundación Cardíaca Británica, no es el caso. No hay ningún tipo de comida que tenga propiedades especiales y que pueda quemar la grasa de más que hay en el cuerpo.
No se debe picar nada entre comidas.
De acuerdo a la misma organización, esta premisa también es un mito.
Picar ciertos alimentos entre comidas ayuda a controlar el apetito.
No hay problema con comer algo ligero en el medio de las comidas principales siempre y cuando se trate de un refrigerio o un tentempié sano, como algún vegetal, una fruta o yogurt bajo en grasa.
Comer de noche es lo que engorda.
La hora a la que se consume un alimento particular no es lo que determina el aumento de peso, son las calorías.
Si se consumen más de las que se deben, se ganarán kilos adicionales, no importa si esto ocurre en la mañana, en la tarde o en la noche.
En esto coinciden tanto el Centro de Salud de la Universidad de West Virginia, en Estados Unidos, como la publicación médica estadounidense WebMD, que añade que no existe ninguna prueba de que cuando se come tarde en la noche, se engorda.
Los carbohidratos son malos.
Este tipo de alimentos son un componente fundamental en nuestra dieta, que incluyen azúcares, almidón y fibra.
«Nuestro cuerpo necesita los carbohidratos para obtener energía, y particularmente para que el cerebro y los músculos funcionen. El Departamento de Salud del Reino Unido recomienda que al menos la mitad de la energía que incluimos en nuestra dieta tiene que venir de carbohidratos almidonados», explica Chambers, de la Fundación Británica de Nutrición.
Mientras menos grasas comas, mejor.
La especialista de la Fundación Británica de Nutrición explica que contrario a lo que muchos puedan creer, se recomienda que al momento de hacer una dieta el 35% de la comida que proporciona la energía provenga de las grasas.
No se sugiere seguir un régimen alimenticio bajo en grasa o que elimine completamente el consumo de grasa.
Lo que hay que tener en cuenta, resalta Chambers, es que como hay diferentes tipos de grasa, el tipo que se ingiera es lo que hace la diferencia. Lo ideal es reemplazar la saturada con la que no lo es, ya que la última ayuda a reducir el colesterol en la sangre, que está relacionada con el riesgo de enfermedades cardíacas y derrames cerebrales.
Los productos bajos en grasa ayudan a perder peso.
Los alimentos que se venden con esas características suelen incluir mayores cantidades de azúcar, sal y almidón que aquellos que tienen todos los componentes regulares. Esto ocurre para compensar el sabor que pierden cuando se les quita o se les reduce la cantidad de grasa.
Con este tipo de alimentos también existe el riesgo de consumir más de las que se comerían con la versión regular. Esto ocasionaría una ingesta de calorías mayor, lo que definitivamente no ayuda a eliminar peso.
Controlar el consumo de calorías es fundamental para perder peso.
En cuanto a los productos que se mercadean afirmando que no tienen azúcar, lo que suele ocurrir es que se endulzan con concentrados de jugos de fruta, por lo que se termina consumiendo la misma cantidad de calorías que con el original y, además, no hay ninguna ganancia desde el punto de vista nutricional, de acuerdo con el Centro de Salud de la Universidad de West Virginia.
Tomar mucha agua reduce kilos.
El agua es fundamental para el organismo, pero no por eso se debe asumir que al aumentar su consumo se perderá peso.
Aunque es bueno tomar más de este líquido al hacer una dieta, porque ayuda a evitar otras bebidas que contienen azúcar, esta única acción no contribuye a eliminar esos kilos extra, hay que tomar otras medidas. De lo contrario, afirma WebMD, no habrá ninguna diferencia.
Algunos tipos de azúcar son peores que otros
La publicación referida con anterioridad también indica que hay investigaciones que demuestran que el cuerpo absorbe de manera similar el azúcar regular, la miel y los endulzantes que se hacen con almíbar de maíz que se convierte en fructosa.
Fuente: Agencia Sapiens