Tras 16 horas de discusión y una intensa batalla con pancartas en tribuna, la Cámara de Diputados aprobó esta madrugada sin cambio alguno el dictamen de la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica que, entre otros aspectos, da prioridad a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) sobre los generadores privados para “alimentar” del sistema eléctrico nacional. Avalado en lo particular con 289 votos a favor, 152 en contra y una abstención, después de desechar 446 reservas, el proyecto fue turnado al Senado de la República para su análisis y eventual ratificación.

Con el respaldo del bloque mayoritario de Morena, PT y PES, el pleno cameral aprobó una semana antes del plazo para ese efecto la iniciativa preferente del presidente Andrés Manuel López Obrador, pese a las advertencias de controversias constitucionales, litigios internacionales y alza de tarifas. A nombre de la bancada morenista, la diputada Dolores Padierna sostuvo que las modificaciones a la Ley de la Industria Eléctrica corrigen el “diseño regulatorio perverso” que estableció la reforma energética del ex presidente Enrique Peña Nieto.

“Este modelo se ha venido aplicando hasta hoy y lo único que es claro es que la nación no ganó: todo fueron puros negocios lucrativos para un puñado de empresas consentidas de los políticos corruptos”, acusó. El panista José Elías Lixa sostuvo que, con la reforma eléctrica, México está dando un “salto al vacío, pero hacia atrás” y llamó por ello a los diputados de la cuarta transformación a reconsiderar su voto y no convertirse en “los nuevos traidores a la patria”.

(Nota del Milenio)

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