«El día en que mis hijos me pregunten por algún ejemplo de un hombre grande, pero grande de verdad, no dudaré un segundo en decirles: Bilardo». Así hablaba Diego Armando Maradona, en 1986, del director técnico con el que Argentina salió campeón del mundo ese año en México, el doctor Carlos Salvador Bilardo

Si bien tuvo sus idas y vueltas a lo largo del tiempo, la estrecha relación entre ambos se forjó a base de duras derrotas, como la de la final con Alemania en el 90, e imborrables victorias. La imagen del abrazo entre lágrimas tras clasificar agónicamente a la Selección al mundial de 2010, cuando Diego era director técnico y el «Narigón» formaba parte del staff, quedará para siempre en la memoria de los argentinos. 

Hoy, a casi cuatro meses de la muerte de quien fuera considerado el mejor jugador de fútbol del planeta, Bilardo no se ha enterado todavía de la partida del ’10’. Con 83 años recién cumplidos, el exentrenador padece el síndrome de Hakim-Adams, una enfermedad neurológica que produce deterioro cognitivo o demencia, trastorno patológico de la marcha e incontinencia urinaria. 

Mientras pasa sus días en un geriátrico, su familia ha decidido no contarle sobre el fallecimiento de Maradona para no causarle un disgusto. Pero claro, es difícil esconderle semejante suceso, sobre todo viviendo en Argentina. 

En una entrevista con radio La Cielo, su hermano, Jorge Bilardo, contó cómo se arreglaron en todo este tiempo para que no se entere. «Al principio cuando fue lo de Diego le poníamos Netflix y le sacamos un poco la tele. Ahí se enganchó con una serie colombiana. Ahora mira los partidos con el volumen bajo, y dice: ‘Che, veo muchas banderas de Diego, ¿qué pasa?‘, a lo que le respondimos: ‘Viste como es la gente, pone banderas en todos lados'».  

Es que para Bilardo, Maradona era «el hijo varón que nunca tuvo», consideró el hermano. «No pregunta por Diego pero… ¿Para qué se lo vamos a contar? ¿Para amargarlo?», justificó.

Según contó Jorge Biardo, tampoco le dijeron nada sobre los recientes fallecimientos de José Luis ‘Tata’ Brown, integrante de aquél plantel mundialista, ni de Alejandro Sabella, a quien dirigió en su querido Estudiantes de La Plata. 

Más allá de su enfermedad, Bilardo está «bien», mira todos los partidos, ve a sus nietos y habla con la gente que lo visita, generalmente de fútbol, afirmó el entrevistado.  

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