La crisis económica provocada por la pandemia De COVID-19 ha orillado a más personas a solicitar préstamos a través de financieras, aunque esto signifique pagar el doble o hasta el triple de intereses que cobran las sucursales bancarias.

Gabriel Rivero, abogado especializado en asuntos mercantiles, afirmó que: 

“Los usuarios están volteando a las financieras, porque otorgan una ventaja que los bancos no: ignoran el historial crediticio de las personas. Puedes arrastrar varias deudas, y aun así aprobarán un préstamo”.

Explicó que el problema surge cuando los clientes se dan cuenta que terminan pagando tres o cuatro veces la cantidad prestada, y si no cumplen con este compromiso, de inmediato son acosados por cobradores, hasta que salden la deuda.

Antes de la pandemia atendía seis o siete casos al mes de deudores que enfrentaban esta situación. Hoy, mensualmente defiende entre 15 a 20 personas que son acosadas por estas financieras.

De acuerdo con información otorgada por el delegado en Quintana Roo de la Comisión Nacional para la Protección de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), Manuel Castro Morales, actualmente cada día atienden 12 quejas por acoso de cobratarios: en siete de cada 10 casos están involucradas financieras.

Estos números representan un incremento de casi 40% comparado con los casos atendidos en el período anterior a la pandemia del Covid-19.

Una de las instituciones que más quejas genera es Compartamos Banco, específicamente el esquema de préstamos grupales. Esto permite otorgar créditos a grupos de por lo menos tres personas, principalmente mujeres.

El problema es cuando una de las partes no puede pagar su abono, al ser un crédito solidario, no pueden abonar el dinero reunido; por lo que aquellos que sí pagaron deben poner el dinero del que no pagó y completar el depósito, o enfrentarse a los cobratarios de la financiera.

La facilidad con la que se ofrece el préstamo, pues no se requiere ni aval ni un buen historial crediticio; facilita la entrada de morosos quienes terminan por afectar a sus compañeros de préstamo.

“Aún con estos riesgos, cada vez más personas están recurriendo a este tipo de instituciones. No tienen otra opción, porque por la pandemia, muchos terminaron con deudas impagables en los bancos, dejándolos sin la posibilidad de tener un crédito con la banca tradicional”.

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