La propiedad del Tren Maya será del Ejército y las ganancias de esta obra se destinarán a las Fuerzas Armadas, una decisión que ha desatado una oleada de críticas por la manera en que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha otorgado una serie de beneficios para el gremio castrense.
Rogelio Jiménez Pons, director general del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), consideró «perfecto» que una de las obras de mayor envergadura de la actual Administración «sea un premio a las Fuerzas Armadas», y defendió la idoneidad de que «el Ejército se encargue de este negocio».
«Nosotros vamos a tratar de hacer que esto sea un negocio en beneficio del mayor número de mexicanos, qué mejor que el Ejército se encargue de este negocio, nos garantiza muchas cosas y particularmente que no se privatice», dijo Jiménez Pons en entrevista con El Financiero.
El funcionario, que dirige el ente encargado de erigir la obra, detalló que todos los recursos que genere, incluidas las ganancias relacionadas con la operación del ferrocarril, serán destinadas de manera directa a los militares, sin pasar por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Militarismo y ecología
Las declaraciones del titular de Fonatur desataron una oleada de críticas y comentarios en redes, debido a que López Obrador ha otorgado una serie de privilegios y delegado una serie de tareas del ámbito civil a los militares, como ocurre también con la construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.