El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha expresado firmemente su rechazo a que políticos estadounidenses utilicen a México como una «piñata» en temas sensibles como el tráfico de fentanilo y la migración. En su conferencia matutina, López Obrador destacó las diferencias culturales en el manejo de la crisis de fentanilo entre México y Estados Unidos, argumentando que en México existe una mayor cohesión familiar.
Esta declaración llega en un momento crítico, coincidiendo con las elecciones presidenciales tanto en México como en Estados Unidos. López Obrador calificó de «demagógica» la reciente promesa del presidente estadounidense, Joe Biden, de cerrar la frontera con México en caso de un flujo migratorio excesivo, y también reaccionó a las declaraciones de Donald Trump sobre sellar la frontera y combatir los cárteles mexicanos con tropas estadounidenses.
El mandatario mexicano denunció la manipulación y la «politiquería» en Estados Unidos, donde se difunden estereotipos negativos sobre los migrantes y sus vínculos con el narcotráfico. Según López Obrador, estos discursos no reflejan la realidad y contribuyen a una imagen distorsionada de México.
Al comparar las estadísticas de muertes por sobredosis de fentanilo en ambos países, López Obrador señaló que México no enfrenta un problema de consumo de fentanilo tan grave como Estados Unidos. Además, criticó las políticas de drogas en Estados Unidos, incluyendo la legalización del consumo de marihuana, que a su juicio, ha llevado a errores significativos en el combate al narcotráfico y la drogadicción.
Esta fuerte declaración de AMLO refleja la preocupación y el desacuerdo de México ante políticas y narrativas que podrían afectar negativamente la relación bilateral y los flujos comerciales y migratorios entre los dos países. Las tensiones emergen en un contexto donde la migración y la seguridad fronteriza se han convertido en temas centrales en la política tanto de México como de Estados Unidos.