En un campo de batalla político que se reduce rápidamente, el expresidente Donald Trump se posiciona para reclamar la nominación republicana después de su victoria en Iowa, con New Hampshire preparándose para ser el siguiente desafío decisivo. La retirada del gobernador de Florida, Ron DeSantis, deja a Trump y a la exembajadora ante la ONU, Nikki Haley, en una carrera crucial hacia las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
La victoria de Trump en Iowa y la perspectiva de un éxito similar en New Hampshire podrían acelerar el proceso de nominación, situándolo como el principal oponente de Joe Biden en las elecciones de noviembre. Haley, manteniendo la tercera posición, enfrenta una «última resistencia» en New Hampshire, un estado que podría propulsarla hacia adelante o sellar su destino en la contienda.
Trump, con su característico estilo combativo, no ha dudado en criticar a Haley, resaltando diferencias políticas y cuestionando su competencia. Haley, por su parte, ha contraatacado, sugiriendo que Trump ha perdido su agudeza desde su campaña de 2016 y que el caos lo sigue a todas partes.
Con DeSantis fuera de la carrera, los ojos están puestos en los votantes independientes de New Hampshire, quienes podrían inclinar la balanza. Si Haley logra un resultado sorprendente, podría consolidarse como una amenaza seria para Trump, especialmente en su estado natal, Carolina del Sur.
Mientras tanto, Trump planea cerrar la carrera por la nominación antes de enfrentar cualquier procedimiento judicial, con miras a liquidar la competencia en abril, antes de que comience cualquier juicio penal.
La situación de los demócratas es menos dramática en New Hampshire, dado que el Comité Nacional Demócrata no reconoce sus primarias. No obstante, los seguidores de Biden podrían influir en el proceso escribiendo su nombre en la boleta.
Esta contienda en New Hampshire no es solo una lucha por los delegados, sino que también es un termómetro del clima político y podría ser un presagio de lo que se avecina en el «supermartes» y más allá. Con la carrera acelerándose, todos los ojos están puestos en el dinámico duelo entre Trump y Haley, y en cómo sus resultados podrían cambiar el panorama político estadounidense.