Nikki Haley, la exembajadora de Estados Unidos ante la ONU y aspirante a la nominación presidencial republicana, ha criticado abiertamente las acciones del expresidente Donald Trump relacionadas con las negociaciones sobre migración en el Congreso. Durante una entrevista en NBC, Haley expresó su desacuerdo con la postura de Trump, quien ha instado a retrasar cualquier acuerdo sobre la frontera hasta después de las elecciones.
Haley subrayó la urgencia de abordar el tema de la migración, contraponiéndose a la estrategia de Trump de posponer las negociaciones. En el Congreso, senadores demócratas y republicanos están trabajando en un proyecto de ley migratorio que contempla demandas conservadoras como facilitar la deportación de migrantes y limitar las solicitudes de asilo. A pesar de que el Senado, controlado por los demócratas, y el presidente Biden están dispuestos a aprobar este proyecto, la Cámara Baja republicana se muestra reticente.
Trump, en un reciente mitin en Las Vegas, instó a los republicanos a rechazar cualquier acuerdo con los demócratas, a menos que cumpla con los requisitos de la facción más dura del partido. Haley, por su parte, busca posicionarse como una alternativa moderada a Trump, apelando al espíritu tradicional del partido republicano.
Concentrando sus esfuerzos en Carolina del Sur, donde fue gobernadora, Haley intenta revitalizar su campaña frente a la popularidad de Trump en las encuestas. A pesar de sus esfuerzos, con mítines en Mauldin y Conway, Haley todavía enfrenta una gran brecha en la intención de voto en comparación con Trump.
Esta dinámica entre Haley y Trump no solo resalta las diferencias dentro del Partido Republicano sobre la política migratoria, sino también las estrategias divergentes de cara a las próximas elecciones presidenciales. La postura de Haley refleja un intento de cambiar el rumbo del partido hacia un enfoque más centrado y menos polarizador, en contraste con el estilo confrontativo de Trump.