La Presidenta de México, Claudia Sheinbaum, encabezó un acto multitudinario en el Zócalo capitalino con motivo de su Primer Año de Gobierno, en el que reafirmó los valores fundamentales de su administración: soberanía, justicia social y amor a la Patria.

Ante una plaza llena, la mandataria subrayó que México “no acepta injerencismo ni intervencionismo”, dejando claro que el país seguirá guiándose por los principios de independencia, autodeterminación y respeto mutuo entre naciones.

México no acepta injerencismo, no acepta intervencionismo. Somos un país libre, independiente y soberano”, expresó con firmeza, recibiendo una ovación de los asistentes.


Un país libre, independiente y soberano

Durante su mensaje, Sheinbaum destacó la importancia de la reciente reforma constitucional que fortalece la defensa de la soberanía nacional.
La nueva disposición establece que “el pueblo de México, bajo ninguna circunstancia, aceptará intervenciones o actos lesivos a su integridad, independencia y soberanía”.

La Presidenta enfatizó que este principio representa un paso histórico en la protección del Estado mexicano frente a cualquier forma de intervención extranjera.
Recordó que el respeto a la soberanía ha sido una constante en la historia de México, desde la lucha por la Independencia hasta los movimientos sociales contemporáneos.

“Este país se ha forjado con dignidad, con esfuerzo y con la voz firme de un pueblo que jamás se somete”, señaló, haciendo hincapié en que la independencia no solo es política, sino también económica, tecnológica y cultural.


El poder como servicio y no como privilegio

En uno de los momentos más aplaudidos de su discurso, Claudia Sheinbaum reafirmó que el poder público debe ejercerse con humildad y al servicio de la gente.
Quien traiciona al pueblo enfrenta a la justicia. En este México nuevo, la honestidad no es la excepción, es la regla. El poder no es para enriquecerse, es para servir”, puntualizó.

Sheinbaum subrayó que los recursos públicos son sagrados y deben regresar al pueblo en forma de derechos, bienestar y obras estratégicas.
Este principio, dijo, guía cada política pública y cada acción de su gobierno, orientadas a consolidar una transformación basada en la equidad, la justicia y el desarrollo incluyente.

“Cada peso del pueblo debe traducirse en escuelas, hospitales, infraestructura y oportunidades. Esa es la esencia de un gobierno que pone por delante la honestidad y el amor al pueblo”, expresó.


Lealtad institucional y amor a la Patria

La Presidenta agradeció el profesionalismo, la lealtad y el compromiso patriótico del general Ricardo Trevilla, secretario de la Defensa Nacional, y del almirante Raymundo Morales, secretario de Marina.
Reconoció en ellos el ejemplo de servicio a la nación, destacando que las Fuerzas Armadas son parte fundamental en la construcción de un país más fuerte, unido y soberano.

“La lealtad a México se demuestra con hechos. Nuestras instituciones, nuestras Fuerzas Armadas, nuestros trabajadores y nuestro pueblo son la fuerza viva que sostiene a la nación”, afirmó.

El mensaje de la mandataria estuvo acompañado por una clara invitación a la unidad nacional, en un contexto donde México busca fortalecer su papel en el mundo sin renunciar a su identidad y sus principios históricos.


Unidad nacional y justicia social

Sheinbaum enfatizó que la unidad del pueblo mexicano es la mayor fortaleza del país.
Destacó que su administración continuará trabajando para garantizar los derechos sociales, consolidar los programas de bienestar y mantener la cercanía con las comunidades más necesitadas.

“La soberanía no solo se defiende con discursos, sino con justicia social. Un país verdaderamente independiente es aquel donde nadie se queda atrás y todos tienen oportunidades”, dijo ante miles de ciudadanos reunidos en la plaza pública.

Reiteró que su visión de gobierno se sustenta en la solidaridad, la igualdad y el fortalecimiento de las instituciones públicas.
“Somos un pueblo que construye su futuro con dignidad y con la certeza de que el bienestar y la paz se alcanzan desde la justicia”, añadió.


Hacia un futuro con independencia y dignidad

En la parte final de su mensaje, la Presidenta delineó la visión que guiará su administración en los próximos años: defender la soberanía nacional, promover el desarrollo con justicia y fortalecer la independencia tecnológica, energética y científica del país.

La soberanía no se hereda, se construye cada día. En este nuevo México, el pueblo es quien manda, quien decide y quien guía el rumbo hacia la justicia y el bienestar”, expresó entre aplausos.

El evento concluyó con un ambiente de unidad, esperanza y orgullo nacional, símbolo de un país que continúa su transformación con paso firme y convicción democrática.

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